El caso es que empieza el 2016 y es momento de propósitos, nuevas metas, cambios, etcétera, etcétera. Y yo empiezo el año como ha acabado: estudiando. Sin embargo, no todo es igual.
2015 ha sido un año de contrastes, de cambios, de echar la vista atrás, de retomar proyectos inacabados y empezar nuevos. Se han ido personas de mi vida motu proprio, algunas sin decir ni adiós, y he conocido otras que amenazan con quedarse. Ha habido días de incertidumbre y días de reflexión, y no precisamente por las elecciones. Han sido 365 días para darse cuenta de lo rápido que pasa el tiempo y decidir que ya está bien, que es hora. Y es lo que he hecho. He saltado obstáculos, ya lo avisé, y aún quedan unos cuantos, pero estoy - estamos - preparados para lo que nos echen.
Estamos en una época difícil, laboral, económica y políticamente hablando, y me estoy comiendo con patatas - si me permitís la expresión - las tres facetas, pero en las dificultades es donde debemos medir nuestros límites y ponerlos a prueba, es donde empiezan las carreras de fondo y yo llevo un rato de carrera - literal y figuradamente - y soy consciente de lo que me queda.
En este año que viene sé que voy a tener el apoyo de mucha gente en esta lucha personal que me he propuesto, y eso compensa (con creces) a los que hacen mutis por el foro. Me quedan muchas horas de estudio, de entrenamiento, de respirar hondo y repetirme que ya queda menos. Me he propuesto disfrutar al máximo de mi familia y darlo todo para sacar la oposición, y sé que conciliar las dos cosas va a ser complicado. Pero no me asustan los retos, al contrario.
El que quiera, puede acompañarme en el camino. Prometo que va a ser divertido.
2016 es el año.
Y voy a ir a por todas.
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A ver qué me dices, eh? ¡Todo tuyo!