Ministros de once países mediterráneos se reunieron en Alicante para debatir sobre la urgente atención que requiere Oriente Próximo
Oriente Próximo se enfrenta a lo que podría ser su peor crisis desde la guerra del Líbano, con los continuos enfrentamientos entre Palestina e Israel. No obstante, los planes internacionales de paz y las iniciativas sobre esta región parecen haberse estancado. Por ello, el XIII Foro Mediterráneo, que reunió el 27 y 28 de octubre a ministros de asuntos exteriores de once países mediterráneos, reflexionó sobre los compromisos que la comunidad internacional podría tomar para sacar adelante a Oriente Próximo.
Por la urgente atención que requieren los conflictos entre Israel y Palestina, este foro, con el apoyo de los once países participantes, ha establecido una serie de propuestas e ideas específicas en la llamada Declaración de Alicante, que se pretende llegue, desde el gobierno español, hasta el Cuarteto - Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y la ONU -, como potencias capaces de llevar a cabo dichas iniciativas. Se trata, sobre todo, de “lograr un punto final en la tragedia de Oriente Próximo”, como declaraba Miguel Ángel Moratinos, ministro de asuntos exteriores, en la rueda de prensa de clausura del ForoMed, en la que estuvo acompañado de Sotirios Varouxakis, embajador griego para asuntos mediterráneos que será el presidente del próximo ForoMed, y por Leire Pajín, secretaria de estado.
Aunque el grado de eficacia de esta declaración depende de los organismos a los que se remitirá, el ministro español de asuntos exteriores se muestra optimista, puesto que “no podemos dejar a otros los problemas que nos afectan a nosotros”. Por ello, Miguel Ángel Moratinos hizo referencia a la hoja de ruta, concebida en el 2003, también con la vista puesta en la solución permanente al conflicto palestino-israelí, y que sería un texto que la Declaración de Alicante ha tratado de revisar y reactivar, convirtiéndose éste último, en un proyecto “mucho más ambicioso que la Hoja de ruta, que por otra parte, establecía un calendario que concluía en 2005.
Esos acuerdos, basados en una política común entre los países participantes del ForoMed, se establecen a corto y a largo plazo, y consisten en el desarrollo de medidas de confianza – como la liberación de soldados y prisioneros por parte de los países en conflicto -, el apoyo a la autoridad palestina en la creación de un gobierno con el que la Comunidad Internacional pueda cooperar plenamente, o un sistema de gestión de fronteras que asegure, no sólo la seguridad, sino la libertad de circulación de bienes y personas. Pero sobre todo, se busca llegar al final de la violencia, buscando soluciones efectivas entre los dos pueblos.
El documento, por primera vez, refleja propuestas de la sociedad civil, en concreto de la Plataforma de ONG’s, que también dieron su punto de vista y propusieron sus recomendaciones a los ministros de exteriores mediterráneos, en reuniones que se celebraron antes del ForoMed.
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