martes, abril 17, 2007

Nadie, ni la lluvia, tiene manos tan pequeñas

Hoy me he levantado melancólica y he decidido sacar del baúl de los recuerdos un poema de E.E. Cummings, que aparece en la película Hannah y sus hermanas, de Woody Allen. Un significado inconcluso y un sentimiento profundo. Pocas palabras pero muchos pensamientos. Algo simple, pero confuso. Lo que nos viene a la cabeza a todos en los mejores momentos que guardamos en el recuerdo pero que no sabemos expresar está aquí:

Somewhere I have never travelled, gladly beyond
any experience, your eyes have their silence:
in your most frail gesture are things which enclose me,
or which I cannot touch because they are too near
your slightest look easily will unclose me
though I have closed myself as fingers,
you open always petal by petal myself as Spring opens
(touching skillfully, mysteriously)her first rose
or if your wish be to close me, I and
my life will shut very beautifully, suddenly,
as when the heart of this flower imagines
the snow carefully everywhere descending;
nothing which we are to perceive in this world equals
the power of your intense fragility: whose texture
compels me with the colour of its countries,
rendering death and forever with each breathing
(I do not know what is about you that closes
and opens; only something in me understands
the voice of your eyes is deeper than all roses)
nobody, not even the rain, has such small hands.


Que no cunda el pánico. Os dejo también la traducción:

En algún lugar al que nunca he viajado,
felizmente más allá de toda experiencia,
tus ojos tienen su silencio:
En tu gesto más frágil hay cosas que me rodean
o que no puedo tocar porque están demasiado cerca.

Con solo mirarme, me liberas.
Aunque yo me haya cerrado como un puño,
siempre abres, pétalo tras pétalo mi ser,
como la primavera abre con un toque diestro
y misterioso su primera rosa.

O si deseas cerrarme, yo y
mi vida nos cerraremos muy bella, súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo cuidadosa por doquier.

Nada que hayamos de percibir en este mundo iguala
la fuerza de tu intensa fragilidad, cuya textura
me somete con el color de sus campos,
retornando a la muerte y la eternidad con cada respiro.

Ignoro tu destreza para cerrar y abrir
pero, cierto es que algo me dice
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas...

Nadie, ni siquiera la lluvia tiene manos tan pequeñas.


Acompañado de esta música, que no falte:

3 comentarios:

  1. Anónimo9:13 p. m.

    Precioso poemaaaaaaaa y acompañado del piano es aún más bonito!!!! ais pero mira k soy cursi, pero esk me encanta todo lo k me haga senir emociones!!! jajajaja. Weno niña sigue con esto pk hay cosas muy wenas jejeje k yo le hechare un vistazo siempre k pueda. Un beso!

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  2. Anónimo9:14 p. m.

    Ais k se me ha olvidado decirte k soy yo!!!AINHOAAAAAAAAAAAAAA jajaja

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  3. Anónimo9:16 p. m.

    joer con las prisas he puesto senir en lugar de sentir y echar con h jajaja. si esk.... perdonnnnnnnnnn!!!

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A ver qué me dices, eh? ¡Todo tuyo!