miércoles, abril 20, 2016

El niño de la maleta

Hace tan sólo 6 años, en 2010, dos excursionistas decidieron disfrutar del monte de Menorca y de las vistas que ofrece la altura desde allí, pero nunca esperaron que su paseo acabara de forma tan macabra como lo hizo. En un barranco, vieron una maleta y la curiosidad les hizo acercarse. Dentro de ella encontraron el cadáver de un niño de 9 años que llevaba dos años muerto. Acompañado de su ropa, sus juguetes y tebeos y  hasta un estuche de colores del colegio.

La policía comenzó la investigación cotejando las pruebas de ADN con el registro de desaparecidos, pero aquella primera indagación no dio frutos. Nadie había denunciado su desaparición. Su identidad era una incógnita. Pero su asesino, en este caso su asesina, no contaba con que el pequeño había escrito sus iniciales en el estuche, y eso fue lo que llevó a la policía a dar con su identidad.

La madre de nuestro protagonista, Mónica Juanatey, original de Galicia, se convirtió en madre soltera con tan solo 18 años. En 2007, decidió irse a vivir a Menorca, con un novio al que había conocido por Internet, pero al cual no le había dicho que tenía un hijo. El pequeño César, que ya tenía 8 años, se quedó a cargo de sus abuelos en Galicia. Un año después, los abuelos enviaron al niño a Menorca a vivir con su madre. pero para mantener la mentira que había creado, Mónica Juanatey le dijo a su pareja que el niño era su sobrino y que vendría a quedarse sólo 10 días. Cuando pasó ese plazo, la mujer ahogó a su propio hijo en una bañera, lo metió en una maleta, y lo abandonó en un barranco de Menorca, donde dos años después lo encontrarían aquellos dos senderistas.

Durante esos dos años, hablaba con los abuelos del niño por mensaje haciéndose pasar por el pequeño, y también creó una identidad virtual de César en Internet. Pero las letras que César había dejado escritas en el estuche del colegio llevaron a la policía hasta su identidad. 
Cuando la madre fue detenida en su casa de Mahón, en Menorca, aseguró no recordar nada, aunque luego confesó haber ahogado al pequeño. Por la muerte de su hijo, fue condenada a 20 años de prisión. 

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