No te necesito. Y es lo más romántico que me vas a escuchar.
Puedo vivir sola, valerme por mí misma, no necesito que nadie me dé palmadas en la espalda, ni que me diga qué puedo hacer y qué no. Conozco mis límites, y también mis capacidades. Y no se miden por tus capacidades. Son independientes.
Nunca he sido una princesa. No valgo más por ser madre, ni por ser mujer. No valgo más cuando estoy a tu lado.
No se me rompe el corazón cuando te vas, ni eres la mitad que me faltaba.
No me falta el aire cuando llegas tarde, ni quiero verte celoso porque soy tuya.
No lo soy.
Entonces, preguntarás ¿por qué estás conmigo? Pero no lo preguntas, porque eso ya lo sabes. Porque esto que digo, ya lo sabías. Si no, no estarías aquí.
Estoy por lo mismo que todas las mujeres deberían estar al lado de la persona con la que hayan decidido compartir su vida y es fácil: porque quiero. Porque me haces reír, porque te preocupas por mí cuando lo necesito, porque me compras galletas para que me salte la dieta cuando ves que estoy apunto de explotar después de diez horas estudiando.
Estoy aquí porque me animas a seguir subiendo.
Estoy aquí porque hemos logrado el equilibrio.
Me entristece profundamente ver gente a la que se le para el mundo, que no puede salir a ningún sitio si no es en compañía de su pareja, que prefiere estar con una persona que les hace la vida imposible con tal de no estar sola. Y no quiero eso. Nunca lo he querido. Si tuviese ansiedad cada vez que discutimos, cada vez que sales de casa sin mi, o cada vez que hago algo diferente a como tú lo esperabas, entonces, no estaría aquí. Si tú te pusieses nervioso cada vez que me voy a tomar un café o te contradijera en algo, entonces, no estaría aquí. Y tú tampoco estarías aquí.
No se puede vivir en un hilo. Vivir siempre al borde del abismo no es saber vivir. Creer que sin ti no podría hacer nada no es confiar en tí. Eso no es aprecio, eso es ansiedad. Y la ansiedad no es un bien, sino un problema.
Creo en la confianza, en la lealtad, en la capacidad de hacernos la vida más fácil. Eso lo encontré en tí. Y me da tranquilidad. No podría, de ninguna forma, provocarme estrés. No tendría sentido.
Por eso no te necesito. Y es lo más romántico que le vas a escuchar a nadie.
Es lo más romántico que deberían escuchar de cualquiera de nosotras.
Un año más, aunque sabéis que no me gusta que tengamos que celebrarlo, FELIZ DÍA DE LA MUJER A TODAS.
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A ver qué me dices, eh? ¡Todo tuyo!