jueves, septiembre 15, 2005

Libertad (2ª parte)

... Pedimos libertad, pero realmente sólo buscamos las sonrisas de los demás.

El calor de una mano amiga no es libertad, pero nos hace sentir libres, porque en el fondo, sabes que eres tú el que construye el camino y, que guste más o menos, "sólo aquellos que nada esperan del azar son dueños de su destino".

Pero al final, el único que es libre es el destino, y él decide si le gusta tu plan o te lo cambia por otro; y es tan libre, que ni siquiera tiene que pensar si es bueno o malo. No le pregunta a nadie; simplemente, lo hace...

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A ver qué me dices, eh? ¡Todo tuyo!