Soledad

Vivimos en un mundo en el que estar solo no significa sentirse solo. Y, sin embargo, hay mucha gente que no está sola, pero su corazón dice lo contrario.

Nuestra sociedad es egoista hasta el punto de abandonar a una persona por conseguir el éxito. Nada importa son los demás nos necesitan, porque nosotros no tenemos ese problema.

Pero puestos a ser egoistas, seámoslo al completo, ¿qué pasará si mañana despiertas y descubres que no vives como creías? Párate a pensar en tí mismo de verdad, piensa si tus amigos son sinceros, si tu familia ocupa realmente un hueco en tu corazón, si la vida te ríe con sinceridad o con ironía.

El éxito no está en que la gente te aplauda, sino en que sepa por qué te aplaude.

No puede haber nada peor que sentirse solo cuando se está rodeado de gente. Si no lo haces por los demás, hazlo por tí mismo, para no tener que descubrir un día que esos aplausos se deben a una orden, no a un sentimiento.

No des lugar a sentirte solo; la soledad engaña más de lo que pensamos, y hace que la cabeza, sin saber dominar sus pensamientos, se imponga al corazón, ya sin fuerzas.