domingo, octubre 06, 2013

Trocitos de historia

Seamos sinceros. Nunca se me ha dado bien la historia y no se si como causa o como consecuencia, pero tampoco es que me guste demasiado.  

Sin embargo, hoy quiero hablar de algo que ya es histórico y que hoy me he encontrado en un borrador de artículo para un periódico que quedó en el cajón hace años y que nunca terminé. Resumiré, lo prometo. 

Empezaré diciendo que sin duda alguna, el documento más original que he tenido la oportunidad de tener entre mis manos, ha sido una cartilla militar de 1945, que refleja el seguimiento que se le hacía a un recluta desde que hacía el servicio militar, de tres años de duración, hasta que finalizaban los quince años que debía permanecer en reserva a partir de esa fecha.

Este documento no es sólo, a mi modo de ver, un texto que despierte la curiosidad, sino que es una puerta a un trozo de historia que se comprenderá perfectamente si se profundiza un poco en los episodios que esconde. De la misma manera, este trozo de papel enseña que la historia no está escrita sólo por reyes o grandes personajes cuyos nombres perduran en los libros, sino que ha estado apoyada en mucha gente anónima que, seguramente, ni siquiera pensó en ese momento que estaba formando parte de la historia. E incluso, después, nadie los recuerda dándoles demasiada importancia por considerar sus actos algo común en esa época de la historia.

Personalmente, creo que este simple hallazgo es sólo una mínima parte de esa historia, pero ayuda a comprender como debía vivir cualquier hombre de esa época, que pasaba dieciocho años al servicio de la comandancia militar, y que no solo participaba en las acciones militares más comunes, sino que podía verse implicado en una guerra en cualquier momento. En la actualidad, algo así nos parecería algo ilógico, a no ser que el soldado haya decidido por propia voluntad serlo. La única diferencia es que antes, esos dieciocho años que nos parecen ahora un tiempo excesivo para un servicio obligatorio, eran algo normal, y no mucha gente se planteaba, siquiera, la posibilidad de no hacerlo.

Lo que quiero decir con esto es que cuando hablamos de historia, todos pensamos en biografías de grandes personalidades, edificios emblemáticos, pactos entre estados, o en definitiva, "grandes" cosas, pero la historia está compuesta de muchos trocitos.

Así que lo que hagáis ahora, un día será historia. Y llevad cuidado, puede dejar huella. 

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