viernes, abril 17, 2015

Reflexiones pre-electorales

Los que me conocen saben que soy más de pensar que de hablar y que no soy muy dada a expresar mis opiniones y mucho menos mis emociones pero hay veces en las que hay que hacer excepciones, porque se avecinan tiempos convulsos de mucho movimiento y poco tiempo libre. 

Con este son tres los procesos electorales en los que me he visto inmersa directamente trabajando como periodista, a parte de otros en los que estado indirectamente, Y he visto casi de todo. Aún así, sigo creyendo en la Política, con mayúsculas y creo que el ser mejor persona no te lo da ni la ideología, ni un partido u otro. 
Creo en las personas con ideas, con ganas, con Proyecto. Y no voy a ponerle apellidos a nadie, basicamente porque no hablo de nadie, si no de todos los que participan en estos procesos. 

Me gusta ver gente con nervios en estas situaciones, novatos y veteranos, porque significa que no han perdido la ilusión. Me gusta ver gente que se embarca porque cree que puede hacer algo y No me gusta la gente a la que se la ha comido la ambición.
Y de ambas, hay en todas partes, por
suerte y por desgracia. 
Todas forman parte del ecosistema electoral.

Debo decir que prefiero ver las cosas desde la barrera y trabajar, como se suele decir, detrás de las cámaras. Desde aquí se suele tener más perspectiva. Por eso, desde esta visión, me lanzo a escribir ahora.


Los que repiten en una lista o en una campaña ya se lo saben, pero hoy, por las circunstancias concretas en las que estoy, y por motivos personales, quiero decirle algo a las primeras a las que me he referido, aquellos que se suben al barco sin saber bien cuál es el rumbo, aunque se hayan leído todos los diarios de abordo. Vienen cargados hasta con brújulas, qué es lo que hace uno cuando inicia un proyecto, armarse hasta los dientes de propuestas, buenas intenciones y herramientas para no perderse. Pero no se imaginan lo que les espera. 

Amigos, calma. En este corto camino hasta el día de las votaciones encontraréis de todo y sobre todo, gente que os apoya y gente que os querrá arruinar la vida. 

Olvidaos de los puntos intermedios. No existirán durante un mes, más o menos.

Agarraos a los primeros y ni caso a los segundos. Lo mejor que podéis hacer es trabajar para demostrarles que valéis y hacerles callar con vuestros actos. Admitid solo las críticas constructivas, pero esas, ya os lo digo, vienen de la gente que os apoya. Demostrad que sois lo suficientemente inteligentes como para no rebajaros a los insultos, ni siquiera a los encubiertos, que son los peores. Caminad y cambiad esto, que ahora es cosa vuestra. 

Quiero acabar diciendo que todo esto viene a cuento porque tengo una amiga que hoy ha saltado la barrera y se ha lanzado al ruedo. Sabe que la apoyo, no hace falta que se lo diga. Y ella no lo sabe, pero sé que lo hará bien, porque es lo que hace siempre. Solo quería contarlo y hacer una pequeña reflexión, porque los políticos están muy mal valorados, pero poca gente sabe lo que tienen que aguantar. 
Los honrados, digo, de los otros mejor ni hablemos. 


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