jueves, julio 09, 2015

El (verdadero) mal del periodismo

Llevo mucho tiempo queriendo abordar un tema espinoso que afecta de lleno al periodismo y a los que nos dedicamos a esto. Siempre lo dejo para después por aquello de no herir sensibilidades, así que intentaré ser un poco diplomática, pero sólo un poco.

Me refiero a una situación que he visto año tras año y en muchos medios de comunicación. Más de los que puedo decir sin que me de vergüenza: redacciones que se nutren de becarios para cubrir huecos mientras despiden a profesionales muy cualificados, sencillamente porque estos últimos no pueden competir con el sueldo que se le ofrece a una persona en prácticas.

No me malinterpretéis, considero que la gente que está en la universidad o que acaba de salir necesita de estos trabajos, porque es sobre el terreno como realmente aprenderán lo que en los libros sólo han leído (y a veces ni eso), y personalmente he aprendido mucho de los distintos medios en los que he hecho prácticas a lo largo de mi carrera, aunque no haya cobrado un duro. Sin embargo, las becas están para que los alumnos puedan aprender, no para que saquen trabajo adelante sin que se gaste dinero, pero las empresas de comunicación prefieren, obviamente, tener a alguien "de gratis", que gastar un sueldo en un profesional.




Aunque no me guste, la posición de la empresa es la que es y no se puede hacer nada (como periodista), aunque en algunos lugares ya se están "haciendo cosas" para evitar estas situaciones. Pero mi enfado aunmenta porque me he encontrado, por ejemplo, con periodistas que, al acabar las prácticas, les han ofrecido puestos de trabajo por 100 euros (con suerte) y en la mayoría de casos sin contrato ni condiciones de ningún tipo. Puestos que saben están ocupados por una persona que lleva trabajando mucho tiempo, que hace años que acabó la universidad, que tiene una experiencia muchísimo mayor y, sobre todo, que tiene una familia y gastos todos los meses y, que iría a la calle en cuanto aceptase... así y todo, han dicho que sí sin contemplación.

La crisis ha "ayudado", sin duda, a esta situación, pero gran parte de la culpa la tenemos nosotros mismos, los periodistas, por aceptar hacer trabajos no remunerados sabiendo que le estamos pisando el terreno a otra persona que lleva años en el medio, y que tiene que pagar una hipoteca, la luz, el agua, y comer (mala costumbre esa de comer todos los días). Se nos olvida que algún día, nosotros también estaremos en esa situación.

Con estas actitudes, las empresas se aprovechan y pisotean nuestra profesión y los profesionales asentimos tan contentos porque "lo importante es tener un trabajo", aunque no te paguen por ello. Ahí está el verdadero mal del periodismo.

Esta profesión está mal, eso no se le escapa a nadie, pero nosotros tampoco estamos haciendo nada para ayudar a salir del agujero. Y no se nos debe olvidar que es a nosotros a quienes nos interesa. 

Durante estos años he conocido muchos periodistas muy válidos y muy profesionales con los que no se está siendo justo, ni económicamente ni laboralmente, y me da mucha pena. Espero que esta situación cambie, desde luego, pero... compañeros, tenemos que ponernos las pilas, o (desde las empresas) seguirán haciendo del periodismo cualquier cosa menos una profesión.

Ahí lo dejo a la reflexión de cada uno.


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