martes, abril 12, 2016

Puerto Hurraco

Un conflicto por un linde. Algo tan "sencillo", acabó con una matanza indiscriminada.
 
Hace poco más de 50 años y nos situamos en Puerto Hurraco, provincia de Badajoz, donde una familia acababa de trasladarse. Un matrimonio,  sus tres hijos y sus dos hijas. Las desavenencias comenzaron cuando esta familia, los Izquierdo, se enfrentó a otra familia, los Cabanillas, por el límite de la finca. A pesar de ese odio incipiente entre las dos familias, la hija mayor, Luciana Izquierdo mantuvo una historia de amor con Amadeo Cabanillas, pero éste finalmente la rechazó, negándose a casarse con ella. Pocos días después, en una especie devenganza por el honor de su hermana, Jerónimo Izquierdo asestó un total de 14 puñaladas a Amadeo, provocándole la muerte. Esa fue sólo la primera atrocidad de las que cometió esta familia.

Jerónimo Izquierdo fue arrestado y encarcelado, y dur
ante su estancia en prisión, su madre falleció en un incendio en la casa familiar. Sus hijos no dejaban de culpar de este suceso a la familia Cabanillas, aunque no existía ningún indicio de que el incendio hubiese sido provocado. Cuando Jerónimo sale de la cárcel, 14 años después de ingresar y dos después del fallecimiento de su madre, intenta asesinar a otro miembro de la familia Cabanillas, Antonio, a quien afortunadamente sólo consiguió herir. A causa de este incidente, y visto que la cárcel había hecho poco por él, se decidió su ingreso en un psiquiátrico, donde Jerónimo fallece pocos días después.
Pero la obsesión de los hermanos por vengar tanto la muerte de su madre como el fracaso emocional de su hermana, fue creciendo exponencialmente a lo largo de los años, hasta que  llegó a su punto final el 26 de agosto de 1990.

Al atardecer de aquel día, dos de los hermanos, Antonio y Emilio Izquierdo, de 53 y 58 años, salieron hacia el pueblo diciendo que iban a cazar tórtolas, y comenzaron a disparar a los vecinos de Puerto Hurraco. 
El saldo de aquella matanza fue de nueve muertes y 12 heridos

Aquel día, no sólo los dos autores de los asesinatos fueron detenidos. También  sus dos hermanas, Luciana y Ángela, fueron acusadas de inducirlos a cometer los crímenes. A falta de pruebas, fueron absueltas, pero tras los informes psiquiátricos y psicológicos, fueron internadas en una institución psiquiátrica. Ambas fallecieron en 2005, con tan sólo diez meses de diferencia, sin haber salido de allí.

Ellos, Emilio y Antonio, fueron condenados a 684 años de cárcel. El primero de ellos, Emilio, falleció en 2006 en la cárcel de Badajoz, por problemas de corazón. Su hermano Antonio se suicidó en su celda en 2010.

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